Actores y actrices A-E

Álvaro García: ¿Qué podría decir yo de Álvaro? Durante muchos años, para mis amigos y amigas más cercanos, Álvaro fue conocido como mi "actor fetiche". No sé si la expresión es adecuada, pero la verdad es que, por entonces, una obra de teatro mía sin Álvaro hasta para mí me resultaba impensable.
Todo comenzó cuando pedí a mi compañera Mercedes que me "dejara" a uno de sus alumnos de 4º de Primaria para el papel del niño afortunado que encontraba el boleto premiado de mi primera obra, "El boleto". Yo ya había visto muchas veces a Álvaro por el patio jugando con sus compañeros de clase, y esa cara de pillo que tenía, y que aún sigue teniendo, no me había pasado desapercibida.
El papel de aquel niño afortunado lo bordó, pero a partir de ahí vinieron muchos otros papeles con los que definitivamente se salió. Digo más: estoy seguro de que mucha gente venía a ver mis obras con la expectación de ver a Álvaro. Él consiguió algo que nadie más ha conseguido conmigo: convertir el papel que le tocara en una especie de interpretación de sí mismo. Era como Woody Allen en sus películas, o como Joaquín Reyes, con sus "Celebrities".

Joe "el enano" en El tesoro escondido, Lucifer en la primera versión de "El sueño de Salvador", el Padre Antonia en "La maldición de 1999", el doctor Muerte en la segunda versión de "El sueño de Salvador", y finalmente el astronauta Alan Bean en "La teoría de la relatividad de Peter Talavera". Ese fue su último papel con nosotros, y creedme que cuando al año siguiente Álvaro no estuvo con nosotros porque había terminado ya sus estudios de ESO, dejó un hueco que nunca nadie ha conseguido llenar. Está claro que cada alumno que pasa por nuestras manos deja un hueco en nosotros, pero el que dejó Álvaro fue muy grande. No sé si esto te lo había dicho alguna vez, amigo Álvaro, pero por si acaso no lo había hecho, ya lo sabes.
Hace unos meses nos encontramos por casualidad en mi pastelería favorita de Madrid, y él -ya hecho un hombretón- estaba trabajando allí mismo. ¡No me lo podía creer! No sabes cuánto me alegro, Álvaro, de que te vayan tan genial las cosas, porque de verdad, te lo mereces al máximo.

Una frase del Padre Antonia en “La maldición de 1999”: “Ahora soy otra después de mi operación; ahora soy cura, y esa es mi vocación.”



Álex Ortega: "¿Quién te iba a decir a ti, Alfredo, que el recuerdo que iba a dejar Álex en el colegio iba a ser un diploma a mejor actor, y no algo roto?" La frase no está mal, ¿verdad? Me la dijo mi alumno Mateo Zapata, uno de esos alumnos que conocen a Álex de toda la vida. Y no se equivocaba, la verdad, porque Álex -antes de que entrara en Diversificación- era de esos alumnos que en el colegio no había día que no se metiera en algún jaleo.
Afortunadamente para Álex, el programa de Diver se coló en su vida. Y además, tuvo la suerte de estar rodeado de un grupo de majísimos compañeros que contribuyeron enormemente a que su cabeza se centrara.
Y entonces llegó el teatro. Y cambió a Álex para siempre. El primer curso de Diver (2014-15) formó parte del elenco de "El tesoro escondido", donde interpretó a uno de los guardaespaldas de Joe el Enano. Ahí realizaba un papel muy divertido, pero que probablemente no consiguió sacar de Álex todo lo que llevaba dentro.
Y yo tampoco lo conseguí. Recuerdo que había muchos días que después de los ensayos, le decía a mi compañera Paqui: "estoy seguro de que Álex es mucho mejor actor de lo que yo estoy siendo capaz de conseguir". Y no me equivocaba.

Al año siguiente (curso 2015-16), interpretó a Charly, el cantante caradura pero lleno de sentimientos, de "La última reunión". Y con este papel sí que nos dejó a todos con la boca abierta. Muchos de sus antiguos profesores me decían: "no me puedo creer, Alfredo, que hayas conseguido que Álex interprete de esta manera". Pero el mérito no fue mío. En realidad, él lo hizo todo: se enamoró, se desenamoró, lloró, sufrió, fue abandonado,... todo.
Por este papel, el jurado del VIII Certamen de teatro de la UC3M le otorgó una Mención a Mejor Interpretación. Y de verdad que fue bien merecida.

Una frase de Charly, en "La última reunión": "Estupendo, dejarlo estar. Esa es mi política, dejarlo estar. Dejarlo estar es fenomenal… ¿Quieres que vayamos a tomar una copa? ¿Ves lo que he hecho? He dicho que iba a dejarlo estar y no lo he hecho. He hecho justo lo contrario. No lo he dejado estar."

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